Cada vez que un cliente me pregunta a qué precios se ha de ofertar, le pregunto: ¿qué cifra te parecería un escándalo? Me gusta usar la palabra escándalo porque activa todas las señales de alerta a las creencias de limitación.
La cifra que crees que es inadecuada, es en realidad la adecuada. La cifra que te haga sentir culpable es la que te liberará. La cifra que haga que des lo mejor de ti es la mejor para tu cliente.
No hay cifras inapropiadas solo hay creencias limita-doras e inapropiadas.
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Cuando alguien dice que no puede subir los precios en realidad se está poniendo una excusa para no mejorar profesionalmente. Juega un juego pequeño, se atrinchera en la zona cómoda.
No hay precios inadecuados, solo mentalidades inadecuadas.
Cuando empecé con mi empresa cobraba y me adaptaba a su presupuesto. Mis honorarios siempre eran iguales a su presupuesto... ¿quien mandaba en mi negocio? Exacto: ellos. Hasta que decidí establecer una tabla de precios, mis reglas. Todo mejoró: trabajé menos e ingresé más. Curioso.
Eso no significa que a veces no trabaje completamente gratis por una causa. Lo hago. Pero son las excepciones.
Conozco a muchos profesionales liberales que no se atreven a subir sus precios, mantienen los precios de años y años atrás. Creen que perderán clientes si los suben. Lo que pierden es el control de su destino financiero. Les guía el miedo, y el miedo se huele en el mercado, y los clientes sacan partido de ese miedo.
A la persona promedio le incomoda ganar una alta suma de dinero "mientras se muere gente de hambre en el mundo". No sé que tiene que ver una cosa con la otra. Pero si de verdad le importara ese tema, debería cobrar lo máximo para que pudiese dar la mitad a una organización que combatiera el hambre en el mundo. En este post no quiero hablar de los profesionales que entregan sus servicios gratis. Este tema está fuera de toda lógica y no quiero ni tocarlo aquí. Tal vez en otro momento. Y al final la situación es esta: si ganan poco, mal; y si ganan mucho, también mal. No hay quien los entienda. Recuerda siempre esta regla: son tus creencias las que determinan tus ingresos.
¿Cómo establecer tu precio real?
Cierra los ojos y escucha mi voz preguntarte: ¿cuál es tu precio hora?: ¿50? ¿75?¿100?¿200?¿300?...¿500?... ¿575?... y cuando oigas una voz dentro de ti que dice: ¡no, eso ya es demasiado! Ahí tienes tu justo precio.
Si eres empleado, escribe tu sueldo anual en un papel, y al lado anota esa cifra aumentada un 10% ¿cómo te sientes? te aseguro que tu empresa puede permitirse ese aumento si eres capaz de transmitir tu valía, y crees que lo vales. ¡ Súbete el sueldo tú mismo !
Aumenta tu nivel energético de ingresos.
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Las personas que buscan lo gratis o buscan descuentos siempre, no son tus clientes, son los que limitan sus ingresos.
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Y no puedes usar el baremo de los precios de los demás, en tu sector, para establecer los tuyos, porque casi todos esos compañeros de profesión están infectados por el virus de la resistencia insconciente a ganar más dinero, debido sus creencias y excusas internas.
El profesional promedio sabe trabajar muy bien, pero no sabe venderse bien. No se permite ganar más dinero.
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