Nos han enseñado a considerar que cuantos más estándares y “buenas prácticas” adopte una empresa, es mejor… -dado que eso implica que estará siguiendo la forma de trabajar de los líderes de su industria. Y claro, si uno imita la forma de trabajar de los mejores, se parecerá a ellos.
Eso es una forma estupenda de convertirse en un segundón sin capacidad de innovar.

Son metodologías que habitualmente han sido creadas tras analizar la forma de trabajar de los líderes del sector y parten de la premisa de que si el resto de empresas los imita mejorará la calidad de su trabajo.
Es decir, son una forma de homogeneizar la calidad con la que se trabaja a través de la estandarización.
2do.
Ese es precisamente el enorme riesgo que implican: nos empujan a competir usando los mismos procesos, los que utilizan los líderes del sector… o lo que es lo mismo, repetir lo que ellos esta perfeccionando en nombre de la eficiencia, perpetuándonos como “seguidores” con su forma de trabajar y empujándonos a intentar ser mejores que ellos. Pero:
Ese es precisamente el enorme riesgo que implican: nos empujan a competir usando los mismos procesos, los que utilizan los líderes del sector… o lo que es lo mismo, repetir lo que ellos esta perfeccionando en nombre de la eficiencia, perpetuándonos como “seguidores” con su forma de trabajar y empujándonos a intentar ser mejores que ellos. Pero:
Intentar ser mejor que el líder de tu industria te lleva a entrar en la carrera de la rata, a competir según sus reglas… ¡Eso es un mal negocio!

Hace mucho tiempo cuando apenas unas pocas compañías habían adoptado la norma de calidad ISO 9.001, el seguirla y estar certificado por ella era una ventaja competitiva. Hoy ISO 9.0001 supone simplemente hacer lo que todo el mundo.

Además, a menudo nos empujan a adoptar planteamientos y soluciones que realmente no encajan en el contexto de nuestra situación y que fueron diseñadas para otro tipo de empresa, en otras circunstancias y con otros problemas… quizás el problema más grave que tienen las “best practices”:
Es como conducir con el mapa de otra ciudad en otro hemisferio. Si, hay carreteras, semáforos, desvíos y cruces de camino… pero, aunque la base es común nuestro contexto es diferente y acabaremos perdidos.

