1. Absorbes las emociones de todo el mundo.
Ya sabes lo que todos a tu alrededor sienten, porque has absorbido sus estados de ánimo por medio de ósmosis.
2. Eres altamente empático.
Tanto que si ves algo malo en las noticias, te imaginas lo que se siente y piensas en ello durante días.
3. Los profesores intentaron ayudarte a “superar” lo que sea que pensaron que habías sufrido.
Un A+ por no entender al 20% de tus estudiantes.
4. Tomar una decisión te toma por siempre.
Los menú son tu pesadilla de problema personal de primer mundo.
5. El ruido es tu enemigo mortal.
Cada día es una algarabía de masticación, bocinazos de carros y explosiones de goma de mascar.
6. Especialmente hablar fuerte.
¿Podemos reincorporar voces de seis pulgadas? ¿No?
7. Y oficinas de plano abierto.
Oh dios, no me puedo concentrar.
8. Prefieres ambientes con iluminación acogedora.
Y luchas por explicar el por qué la iluminación aérea es la peor.
9. Necesitas tiempo para relajarte.
Y estar lejos de otros, aunque sea solamente por un rato.
10. Los malos comentarios por Internet te ponen realmente triste.
Y desconcertado.
11. Te sobresaltas fácilmente.
Probablemente porque fuiste un caballo asustadizo en tu vida anterior.
12. Y evitas películas y programas de televisión violentos.
13. Eres muy cortés.
Porque tienes la bendición y la maldición de tener una auto-conciencia extrema.
14. Y nunca dices lo que quieres decir.
Así que no lastimas los sentimientos de otros. (Pero algunas veces envidias a los que lo hacen.)
15. También tienes dificultad en decir “no”.
Y por lo general terminas en situaciones que no son tan divertidas como terminar metido en la cama.
16. Notas las sutilezas que otros no.
Como los errores de continuidad en la pantalla o detalles que podrían incriminar a otros en delitos.
Comentarios
Publicar un comentario